Riesgos y efectos secundarios de ser coach

No sé si en vuestro país hay anuncios de medicamentos. En Alemania, siempre terminan con una advertencia o descargo de responsabilidad: “Para obtener información sobre los riesgos y efectos secundarios, lea el prospecto y consulte a su médico o farmacéutico”, dicho a la velocidad de la luz. ¿Existen riesgos y efectos secundarios al aprender a entrenar, al convertirse en entrenador? ¿De verdad que no puede ser? Estamos aprendiendo a dirigir conversaciones constructivas, a ayudar a las personas a crecer y a alcanzar su potencial, a asociarnos con otras personas. ¡No, eso no puede tener efectos secundarios!

Sosténganme la cerveza.

Entrenamiento sin consentimiento

Uno de los efectos secundarios más peligrosos y desagradables que he visto es el de los entrenadores que utilizan sus habilidades de entrenador en TODAS las situaciones de sus vidas: “Cariño, en una escala del 1 al 10, ¿cómo te fue…” (perdón por poner esta imagen en tu mente). Entrenar a alguien requiere un mandato. En mi opinión, no sólo es molesto, sino que raya en lo poco ético, si utilizamos nuestras habilidades de coaching con alguien que no ha dado su consentimiento para recibir coaching. Imagina, por ejemplo, que estás muy molesto por algo y se lo cuentas a tu mejor amigo, que también es coach. En lugar de una compasión natural o simplemente de escucharte, tu amigo dice: “Te escucho… ¿qué podría ser bueno de esta situación?”. Parecería condescendiente y me enojaría mucho. (Perdón por la perorata). Así que, en lugar de eso: ¡pregúntale a la gente a quién necesita: al amigo o al coach!

Olvidar que tú también tienes necesidades

Bueno, dejaré mi halo por un segundo: tengo necesidades. Quiero cosas, quiero que me traten bien, que me respeten, que me quieran, etc., como todo ser humano (es mi suposición). Si me pongo el sombrero de coach todo el tiempo y sólo me ocupo de desarrollar y ayudar a los demás, desaparezco. Lamentablemente, he visto a coaches disolverse de esa manera. En lugar de un ser humano con opiniones, necesidades y una postura, tu contraparte parece ser una persona dulce y agradable. Todo lo que le lanzas rebota. No creo que esto sea bueno para el coach tampoco.

Sí, convertirse en coaches tiende a hacernos mejores personas: más compasivos, más constructivos y con mejores habilidades de conversación, ¡pero recordemos que no todo se puede resolver con coaching!

¿Qué efectos secundarios has experimentado por convertirte en coach? Ven y únete a nosotros para discutir estas y otras preguntas en nuestras reuniones gratuitas:

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