Últimamente leo mucho sobre personas “tóxicas”. La metáfora de una “persona tóxica” me suena equivocada y limitante. Generalmente, cuando hablamos de algo tóxico, nos referimos a una sustancia que es perjudicial para nuestra salud e incluso puede matarnos. Echa un vistazo a la distribución de poder y responsabilidad en esta situación:
- La sustancia tiene el poder de dañar a todos
- La sustancia SIEMPRE es tóxica, no hay excepciones
- La persona que está en presencia de la sustancia no tiene escapatoria: se envenena
Cuando hablas de una persona "tóxica", es posible que estés aceptando más componentes de la metáfora de los que te gustaría.
- La persona ES tóxica y daña a todos
- Esto no cambia (es decir, el entorno y el contexto son completamente irrelevantes)
- No puedes hacer nada al respecto: te dañarán
Como entrenadores, sabemos que las metáforas importan. Entonces, ¿podemos dejar de usar esta metáfora? Por mucho que a veces quiera etiquetar a las personas como tóxicas, sé que estoy autolimitando mis opciones cuando lo hago. Dejo de ver muchos elementos útiles en la situación:
- ¿Con quién se comporta de manera diferente la persona?
- ¿Qué entornos hacen que afloren mejores cualidades?
- ¿Qué puedo hacer para protegerme?
En lugar de centrar nuestra atención en la única persona que ES el problema, cuya esencia misma es ser el problema, podríamos explorar el entorno y, de ese modo, hacer que un problema "sólido" sea más fluido y cambiante. Desde: "Esta persona es tóxica" hasta "Tengo problemas con el comportamiento de esta persona".
Si quieres hablar de estos u otros temas, compartir tu experiencia como coach con personas "tóxicas", obtener información sobre nuestras clases o simplemente pasar el rato con un grupo de personas geniales, ¿por qué no te unes a uno de nuestros encuentros e intercambios gratuitos?