Durante una sesión de preguntas y respuestas con entrenadores iraníes, un encantador entrenador llamado Baharaj me pidió mis "3 mejores consejos" para entrenadores principiantes. Y, como suele suceder, me escuché responder de maneras que me gustaron incluso después de haberlo pensado con la almohada. ¡Así que aquí están!
1) Date cuenta de que no estás empezando desde cero
Nunca he conocido a nadie que quisiera convertirse en entrenador que no tuviera experiencia en conversaciones significativas. Todos saben cómo hablar de manera útil como compañero, hermano, hermana, amigo o colega. Esto es algo que se olvida muy a menudo en la formación de entrenadores. Con la nueva etiqueta de "entrenador", los estudiantes de repente piensan que comienzan desde cero y olvidan todas las cosas que saben: cómo escuchar, cómo empatizar, cómo dar espacio, cómo ser útil a los demás simplemente estando allí. Entonces, el consejo número uno: haz una lista de todas las cosas en las que ya eres bueno. Si no se te ocurre nada, pregunta a tus amigos; ellos te lo dirán. Y luego sigue haciendo lo que haces bien y permite que el coaching se sume a tu repertorio.
2) Trabaja en centrarte en el cliente
Cuando los coaches principiantes empiezan a practicar, suele haber mucho "detrás de escena". Sus mentes divagaban en lugares como: "¿Estoy haciendo las preguntas correctas?" o "¿Podré hacer la pregunta correcta en 2 minutos?" o "¿Qué voy a preguntar a continuación?", etc. Todo este ruido distrae y evita que prestes atención al cliente. Por lo tanto, aprende a dejar de lado tus preocupaciones y a estar presente para el cliente. Escucha y no pienses en lo que viene a continuación. Si estás estancado, pregúntale al cliente a dónde le gustaría ir. Observa cuándo quieres ponerte en el centro de la sesión, por ejemplo, dando un consejo o contando tus propias historias. Graba las sesiones como un loco y escúchalas con un mentor o supervisor para mejorar, pero hazlo antes y después de las sesiones, no durante. EspañolVea también el punto 1) – no olvide observar todas las cosas que está haciendo bien.
3) No sea un turista en la vida del cliente: concéntrese en lo que se desea y cómo esto ya está sucediendo
Mientras se centra en el cliente, trate de averiguar qué es lo que quiere y cómo se vería eso y sienta curiosidad por eso en lugar de por el (potencial) drama del pasado. Este es un lugar donde nuestra empatía natural puede llevarnos por mal camino. Podemos llegar a interesarnos mucho en lo que salió mal y por qué y quién hizo qué, lo cual es de poca ayuda para el cliente, ya que ya sabe todo eso. Así que consejo número 3: concentre su atención y curiosidad en lo que se desea en cambio y en dónde esto ya está sucediendo en la vida del cliente. Esta es también la mejor manera de asegurarse de que no está haciendo daño (que es otra preocupación distractora de los coaches principiantes).
En resumen, probablemente quiera decir: "Tranquilo, ¡lo tienes todo bajo control!" Después de todo, el coaching es solo una conversación, una conversación especial, pero no es ni ciencia espacial ni cirugía cerebral. Necesitas habilidades y conciencia de lo que está sucediendo en las conversaciones, pero no las aprenderás preocupándote por "hacerlo bien". Como dice una de mis citas favoritas de Martín Lutero: "¡Peca con valentía!".
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