NUNCA preguntes ¿POR QUÉ? ¿Por qué deberías hacerlo?

En muchas escuelas de coaching o cursos de liderazgo te enseñan a NUNCA preguntar por qué. Conducen a:

  • Asignar culpas
  • Pedir justificaciones
  • Profundizar en la discusión del problema
  • Hacer que un equipo se estanque

A continuación, se incluye un ejemplo:

  • A: “No me gusta hacer presentaciones, ¿siempre estoy súper nervioso?”
  • B: “Pero, ¿por qué estás nervioso?”
  • A: “Cuando estaba en la escuela y era mostrar y contar, mis compañeros siempre se burlaban de mí”.
  • B: “¿Por qué se burlaban de ti?”
  • A: “Porque nunca tenía nada interesante que mostrar”.
  • B: “¿Por qué fue eso?”
  • A: “Porque creo que a mi madre solo le importaba mi hermano mayor, nunca yo”.
  • B: “¿Por qué eso?”
  • A: “No sé… Creo que soy profundamente traumatizados…”

Tada – de un problema simple: “Cómo hacer una presentación más cómoda” – nos hemos metido en un callejón del que será difícil salir. Malo para el cliente, bueno para el bolsillo del entrenador o terapeuta.

En las escuelas de ingeniería mecánica u otros dominios técnicos la pregunta “¿por qué?” tiene mucho más éxito. Existe la técnica de los 5 por qué que invita a llegar a la causa raíz de un problema técnico. Los problemas técnicos tienen la ventaja de que ocurren en un sistema mucho más restringido que el complejo sistema de relaciones humanas. En sistemas “complicados”, se puede discernir de manera significativa causa y efecto:

  • A: Mi bicicleta no funciona
  • B: ¿Por qué?
  • A: Cuando voy en bicicleta, escucho este ruido de “golpe, golpe, golpe”.
  • B: ¿Por qué?
  • A: Creo que mi rueda está pinchada
  • B: ¿Por qué?
  • A: Pasé en bicicleta sobre vidrios rotos

Aprendizaje: arregla la rueda, no andes en bicicleta sobre vidrios rotos

Pero, ¿HAY buenas preguntas de “por qué” en liderazgo y coaching? Estaba hablando de esto con un grupo de “Fundamentos del coaching” y se nos ocurrieron algunos ejemplos muy buenos:

  • A: Me encantaría poder delegar mejor.
  • B: ¿Por qué?
  • A: Mi equipo estaría mucho más feliz y yo tendría menos que hacer.
  • B: ¿Por qué es eso bueno?
  • A: Creo que mi equilibrio entre el trabajo y la vida sería mucho mejor…

Algunas preguntas de “por qué” se refieren a “tus buenas razones” o tu motivación para hacer las cosas. En realidad, son más preguntas de “para qué” que de “por qué”. Invitar a las personas a pensar en lo que hace que sus proyectos sean valiosos es una muy buena dirección que los entrenadores y líderes pueden tomar 😊

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